Casi no había un lugar, cercano, dónde estacionar. Las calles alrededor del Concejo Deliberante de Yerba Buena habían sido copadas por taxis. Cada tanto, alguno de los conductores de esos autos blancos arrojaba una bomba de estruendo sobre la avenida Solano Vera. Había clima festivo. Eso podría haberles hecho presagiar a los transeúntes y demás automovilistas que allí dentro iba a tomarse una decisión que involucraba a los taxistas. Y que los tenía contentos. Quienes así lo supusieron, no se equivocaron. Ayer, los ediles aprobaron una suba en la tarifa de los taxis de esa ciudad.
La reunión había sido pedida por el Ejecutivo municipal. Cuando se le preguntó al intendente Mariano Campero la razón de su llamado a sesión especial -puesto que el cuerpo se encuentra en receso-, respondió que había que igualar la tarifa con la que manejan los autos de la capital, que fue actualizada el lunes último. “El llamado se fundamenta en el aumento del municipio vecino”, sostuvo.
En San Miguel de Tucumán, la bajada de bandera pasó de $ 7 a $ 10. La ficha, cada 100 metros, subió de $ 0,70 a $ 1, al igual que el minuto de espera. El dictamen aprobado por los ediles del suelo yerbabuenense iguala esos nuevos valores capitalinos. No obstante, todavía resta que el Ejecutivo promulgue la ordenanza, para que entre en vigencia. Cuando eso ocurra -el lunes que viene-, un viaje desde el shopping viejo hasta la plaza Independencia costará unos $ 116. Ir desde la rotonda del pie del cerro, en la avenida Aconquija, hasta El Cristo, saldrá poco más de $ 50.
La iniciativa fue aprobada por unanimidad. Votaron a favor Pedro Albornoz Piossek -del macrismo- Lisandro Argiró, Maximiliano García y Lucas Cerúsico -del radicalismo-, José Macome y Marcelo Rojas -de Cambiemos Yerba Buena-, Walter “Kabuby” Aráoz -del justicialismo- y el presidente del cuerpo, Javier Jantus. Estuvieron ausentes el peronista Héctor “Pilón” Aguirre, quien viajó a Buenos Aires, y el radical Benjamín Zelaya, de licencia.
No obstante sus votos afirmativos, algunos ediles cuestionaron el llamado a sesión. Albornoz Piossek, por ejemplo, dijo que la convocatoria de Campero había sido improlija, y que no comprendía ese apuro, puesto que en unos días se inicia el período ordinario de sesiones. Opinó también que las problemáticas más graves del sector son el transporte ilegal y el otorgamiento excesivo de licencias. También García se pronunció en esa línea. “Hubo voluntad de cada uno de mis colegas para que esta sesión se concrete. Pero el método nos ha molestado. Podríamos haber trabajado con tranquilidad”, afirmó, dirigiéndose a los choferes.
En Yerba Buena, hay unas 700 licencias de taxis. Desde hace unas semanas, una comisión de ediles trabaja en la elaboración de un proyecto de reforma del servicio, que incluye un reempadronamiento obligatorio y un control de la antigüedad y del estado de los vehículos, entre otros cambios. El control y otorgamiento de los permisos es facultad de la intendencia, a través de su Dirección de Tránsito y Transporte.